Historia de su uso.
El ajo, nombrado también “la rosa aromática” por una buena razón. Ha sido venerado en Egipto por sus cualidades medicinales, y muy apreciado en la cocina italiana, india y asiática. Estrechamente relacionado con la cebolla, el ajo es una raíz bulbosa con una innegable fragancia penetrante. Fue mencionado en los documentos históricos que datan desde hace 5,000 años, antes de que su fama impregnara el resto del mundo conocido.
Hoy en día, China, Corea del Sur, India, España y los Estados Unidos son los principales en cuanto la producción del ajo. No sólo presta una deliciosa complejidad a los alimentos, pero supuestamente posee un beneficio legítimo para muchas enfermedades.
El ajo fresco tiene beneficios nutricionales superiores a la de cualquier tipo de procesamiento, ya sea picado y refrigerado, o seco en hojuelas. Los bulbos de ajo enteros se mantendrán frescos durante un mes si se almacenan correctamente, preferiblemente lejos de la luz solar en un recipiente destapado.
¿Qué nutrientes contiene el ajo?
“El ajo contiene cantidades significativas de algunos micronutrientes como el manganeso, la vitamina B6, la vitamina C y el selenio, y es bajo en calorías. Es rico en polifenoles y otras sustancias antioxidantes, que aumentan más en el ajo negro (obtenido a través de una transformación del ajo blanco a temperatura y humedad constantes)”, destaca Martínez Olmos.El bulbo de ajo incluye alrededor de un 1 por ciento del aminoácido azufrado aliína, que se convierte en alicina (o disulfuro de dialilo) cuando se machaca este alimento. La alicina y sus productos derivados, los ajoenos, son los responsables del olor característico. Así lo explica el experto del COFB, añadiendo que “también contiene aminoácidos proteinógenos, diversos compuestos sulfurados (principalmente bisulfuro de alilo), quercetina, fructanos (principalmente inulina), elementos minerales (potasio, calcio, manganeso, selenio) y otras vitaminas B, además de la B6 (B1, B2, B3 y B5).
Beneficios del ajo.
Mejora la circulación de la sangre
El ajo es rico en vitamina B, un compuesto esencial que reduce los niveles de homocisteína. Esta sustancia es la responsable de endurecer los vasos sanguíneos y de traernos múltiples problemas como trombosis o enfermedades de las arterias coronarias. Consumir un ajo en ayunas nos puede ayudar a combatir estos problemas.Bueno para el hígado
El ajo es sobre todo un excelente desintoxicante para nuestro organismo. Nos ayuda a depurar toxinas, a eliminar parásitos y a liberar del cuerpo metales pesados como el mercurio o restos de medicamentos que el hígado no puede procesar. El ajo es rico en vitaminas A, B y C, muy adecuadas para estimular las funciones hepáticas. Otra de sus virtudes es la de desinflamar, de ahí que sea muy saludable consumir un ajo diario en caso de tener el hígado graso.Bueno para resfriados y afecciones pulmonares
Si cada vez que coges un resfriado acabas con mucha mucosas el ajo te viene muy bien porque descongestiona y es un buen antibiótico natural para tratar problemas pulmonares. Si sufres de sinusitis o estás pasando una época con mucha tos, puedes hacer vahos o prepararte algún jarabe a base de ajo.Reduce los niveles de colesterol
El ajo contiene alicina, una sustancia que cuida de nuestro sistema cardiovascular. Tanto es así que consumir cada día un diente ajo natural puede reducir el colesterol malo en un 9%, así lo asegura la Fundación Española del Corazón.Cuida nuestro aparato digestivo
No se trata de comerse una cabeza de ajos cada día. La clave está en el equilibrio. Si nos acostumbramos a tomar el ajo como un medicamento cada mañana, en pocos días notaremos sus beneficios. Las digestiones se realizan mucho mejor porque el ajo estimula los ácidos gástricos y los alimentos se digieren y absorben adecuadamente.Cómo prepararlo para que no se pierdan las propiedades?
Si calientas un diente de ajo entero vas a desaprovechar gran parte de sus propiedades.La mejor manera de consumir el ajo es crudo. Si quieres cocinarlo, machácalo bien media hora antes, así permitirás que se formen las sustancias beneficiosas y estas resisten el calor.
Incluir en la dieta de 1 a 4 dientes al día permite beneficiarse de sus propiedades, tanto para prevenir como para aliviar determinados problemas de salud.
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